Podovacaciones

Una vez mas, un grupo de podólogos nos hemos reunidos en un ambiente jocoso y de relax. El punto de encuentro fue el hotel Guadacorte, entre Algeciras y la Línea. El encargado de organizar el evento Emilio Mellado.

Allí llegamos procedentes de distintos puntos de España, canarios. Andaluces, Manchegos y Alicantinos. Faltaron algunos que, en último momento, se disculparon de acudir a la cita.

Muchos consiguieron llegar el jueves por la noche. El primer día viernes, teníamos organizado la primera excursión. Con dirección Gibraltar. A eso de las 10 de la mañana, emprendimos la marcha en coches particulares. Una vez en la frontera la pasamos a caminando y dos microbuses nos esperaba para hacer un recorrido por lo mas característico de la Roca. 

Nos llamo la atención la particular forma de comentar la historia el guía – “llanito”, hijo de madre de la Línea de la Concepción y padre italiano-; para el, un guía singular, todo ocurría en el 1711. No recordó los miles de españoles que trabajan en la roca y los años que mayoritariamente eran los únicos que estaban mezclados con los nacidos en la Gibraltar. Actualmente han querido repoblar con indios, judíos y marroquíes.

Nos quedamos sorprendidos por la capacidad de sacarle tanto provecho a tampoco territorio. Miles de turistas entran todos los días.

Vivimos los típicos monos y recorrimos los túneles y una cueva. Escuchamos de nuevo una versión muy light de la historia en la segunda guerra mundial, de Franco, Hilter y de los acosos que sufrió el peñón.

Ese día se organizo una barbacoa en la piscina del Hotel.

Hubo una sesión clínica por la tarde donde se expusieron algunos casos clinicos.

Por la noche fuimos a cenar a un típico restaurante. Hasta que se le acabaron las pilas, algunos continuaron hasta altas horas de la madrugada.

Al día siguiente nos esperaba la ciudad de Tarifa. Allí cogimos una embarcación y nos adentramos en el estrecho en busca de delfines, ballenas y cachalotes. Algunas prefirieron no coger el barco, temiendo lo que le paso a otras, mareo y fatiga. Toda la tripulación se porto excelentemente, explicando los fenómenos naturales, las corrientes y explicación de toda la fauna que atraviesa el estrecho de Gibraltar.

Justamente, frente del puerto de Tarifa, nos tenían preparado un almuerzo.  Todos probamos el atún rojo. Ya, por la noche, nos esperaba una cena en uno de los restaurantes mas bueno de la zona, con fama de caro, pero esta vez estaba pactado el precio.

Hubo un pequeños discurso y entrega de una placa conmemorativa, no de estas podovacaciones, sino de la anterior, por parte de J.A. Teatino , que el anfitrión de esta ocasión, E. Mellado, no la recogió en Riopar.

Hubo compromiso por parte de los Alicantinos, Juan Saez y Cia, de que la próxima sea en la Isla de Tabarca