Comenzamos la otra mitad del mes de septiembre, después del periodo vacacional del verano. Bueno, pues no vayan a creer que la cosa se ha animado mucho. Y miren como están las cosas, queridos lectores, que el viernes por la tarde nos llama un paciente desde Pamplona que le enviara la radiografía que le hicimos en el mes de junio cuando nos visito (consulto por un IPK), ya que esa radiografía es suya y la quiere tener. Para eso la pagó. Le decimos que no tenemos problema en enviarle la radiografía; pero que el no pago radiografía, sino los honorarios de nuestra exploración. Y es que, quieras o no, los fantasmas más lamentables del pasado, paro, pobreza, trueques, casa para la compra de oro, montes de piedad están volviendo a nuestra realidad diaria. Seguro que no le vale la “placa” para eso traumatólogo que dice que va a consultar.
Los límites del compañerismo
Pocas veces envío algún caso algunos compañeros para contrastar sus opiniones. No es por nada, simplemente porque lo que me llega no me plantea dudas. Sin embargo, cuando me llegan algunas patologías poco frecuentes, me gusta consultar con algunos compañeros. Yo se quien son mis amigos y los tengo ahí. Lo que me ha sorprendido que dos díscolos, de los que se proliferan en la red, hasta ahora su silencio haya sido su respuesta. Me suena raro. O no saben. O no quieren saber.
He actualizado Podoclinic con un caso que se podría encuadrar dentro e la cirugía estética del pie. El chico se opero por cuestión estética, pero mi diagnostico prequirúrgico es hallux distal. ¿Hasta que punto podemos decir no, a este tipo de cirugía? Creo que pocas veces. Hay que perder el temor a operar por estética. Y es que sino lo tenemos claro, se nos va ir de la manos esta oportunidad. Se irían a los cirujanos estéticos, a los dermatólogos o a quien sea.
Las gentes reclaman este servicio y hay que dárselo. No olvidemos que somos un país libre con la libertad de hacer con nuestros cuerpos lo que queremos (el aborto y la prostitución). Los tatuajes, aumento mamario, cirugía plástica, estiramiento del lóbulo de la oreja, piercings, Botox, liposucción, etc. La lista es interminable. Un paciente tiene el absoluto derecho de cambiar su pie. Los juanetes y los dedos en martillo, donde la práctica de la técnica ya no es una preocupación importante, el paciente tiene su derecho de elegir o no hacerlo. Basta con que tomemos su consentimiento informado con todos los detalles informándole de los riesgos, beneficios y alternativas
En cuanto a la cirugía estética en el pie, siempre y cuando los principios de buena cirugía y una buena selección de los pacientes se utilizan, sólo veo publicidad adicional y la exposición positiva para la profesión.
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