Tricicle, Soy un Truhan, Soy Señor
Como son las cosas y algunos, no cambian. Hoy sin ir mas lejos, y como hago todos los domingos, fui a comprar mis periódicos y suplementos dominicales. A esto, mientras el quiosquero me cobra y me da los periódicos, giro la cabeza hacia mi lado derecho y veo una cara conocida. Durante unos instantes dudo, es o lo parece. Pues si efectivamente ¿oye, tu eres E..., verdad? Co*o no te conocía.
Pues yo te he conocido por la voz – me dijo-
¡Ah, si! Eso será por que tengo una voz interesante.
¡Que va tío! De lo más vulgar. Me dice.
No hecho cuenta y sigo: oye y que tal, como van las cosas ¿tomamos una cerveza?
No. No me puedo entretener. Me contesto.
Mientras caminábamos, como cuatro metros de donde tenia yo el coche le pregunte: ¿que tal como te van las cosas?
Pues bien, para vivir solo de la podología.
No salía de mi asombro. Parecía como si estuviera cabreado. Venia a comprar unas entradas para el teatro Villamarta, donde actúan Tricicle.
Pues yo te he conocido por la voz – me dijo-
¡Ah, si! Eso será por que tengo una voz interesante.
¡Que va tío! De lo más vulgar. Me dice.
No hecho cuenta y sigo: oye y que tal, como van las cosas ¿tomamos una cerveza?
No. No me puedo entretener. Me contesto.
Mientras caminábamos, como cuatro metros de donde tenia yo el coche le pregunte: ¿que tal como te van las cosas?
Pues bien, para vivir solo de la podología.
No salía de mi asombro. Parecía como si estuviera cabreado. Venia a comprar unas entradas para el teatro Villamarta, donde actúan Tricicle.
Inexplicablemente no lo entendía. Como me contestaba, como si estuviera problemas, o no se que. Estudiamos juntos en la Escuela de Madrid, vive en un pueblo a 32 Km. aproximadamente. Nuestra relación ha sido escasa, pero si nos hemos visto de manera afable e incluso habíamos quedado mas de una vez a cenar o comer con nuestras respectivas esposas. Cosa que nunca se llego a efecto. Siempre tenía una pega para no quedar.
Pero, si recuerdo que otra vez, me llama por teléfono y me pide que le enseñara
Operar onicocriptosis. Eso si, que si podía ser mejor un sábado, para no perder, él, consulta. Nunca, o muy pocas veces he abierto la consulta un sábado. Pero así lo hice. Cite a un paciente un sábado y después de enseñarle la intervención paso por paso y todo lo necesario, le dije: “bueno, vamos abajo y tomamos algo y seguimos hablando”. Me contestó con las mismas palabras que hoy: “No. No me puedo entretener”
Pero, si recuerdo que otra vez, me llama por teléfono y me pide que le enseñara
Operar onicocriptosis. Eso si, que si podía ser mejor un sábado, para no perder, él, consulta. Nunca, o muy pocas veces he abierto la consulta un sábado. Pero así lo hice. Cite a un paciente un sábado y después de enseñarle la intervención paso por paso y todo lo necesario, le dije: “bueno, vamos abajo y tomamos algo y seguimos hablando”. Me contestó con las mismas palabras que hoy: “No. No me puedo entretener”
Hay un relato que circula por Internet que dicen que es un premio de Novela corta. No tiene desperdicio:
"Estaba sentado el otro día delante de mi ordenador cuando me acordé que tenía que llamar por teléfono a un compañero. Descolgué el auricular y marqué el número de memoria. Me contestó un tipo con muy mal humor diciendo: -'¿Qué quiere?'.
-'Soy Ignacio Martínez, ¿podría hablar con Roberto Espárrago?' dije amablemente.
-'Te has equivocado, gilipollas', me respondió y acto seguido colgó.
No daba crédito a lo que me estaba ocurriendo. Cogí mi agenda para buscar el número de mi compañero y comprobé que, efectivamente, me había equivocado. Pero como aún recordaba el número 'erróneo' que había marcado anteriormente, decidí volver a llamar a aquel tipo y cuando me cogió el teléfono no esperé a que contestase y le dije: -'Eres un hijoputa', y colgué rápidamente. Inmediatamente apunte aquel número en mi agenda junto a la palabra 'hijoputa'.
Cada dos o tres semanas, cada vez que estaba cabreado porque me llegaba una letra inesperada, o un aviso de multa, o discutía con mi mujer, o alguna situación por el estilo volvía a llamarlo y sin dejarle contestar
le decía: -'Eres un hijoputa'. -Esto me servía de algún modo como terapia y me hacía sentirme mucho más relajado.
Unos meses después, la maldita Telefónica introdujo el servicio de identificación de llamadas, lo cual me deprimió un poco porque tuve que dejar de llamar al 'hijoputa'. Pero de repente, un día se me ocurrió una idea: Marqué su número de teléfono y cuando escuché su voz le dije: 'Hola, le llamo del departamento de ventas de Telefónica para ver si conoce nuestro servicio de identificación de llamadas'.
-'No' -me dijo el tío grosero, y me colgó el teléfono.
Rápidamente lo volví a llamar y le dije: -'Eres un hijoputa'.
Un mes después, estaba yo esperando con mi coche a que una anciana saliera de la plaza de aparcamiento del Hipercor. Esta lo hacía muy lentamente y cuando terminó la maniobra y me disponía yo a ocupar la
plaza libre, apareció un Golf GTI negro a toda velocidad y se metió en el hueco que iba yo a ocupar. Comencé a tocar el claxon y a gritar: -'¡Eh, oiga!, ¡que estaba yo esperando!, ¡no puede hacer eso!'.
El tipo del Golf se bajo, cerró el coche y se fue hacia el centro comercial ignorándome como si no me hubiera oído. Yo me quedé completamente frustrado y pensé: 'Este tío es un hijoputa. El mundo está
lleno de ellos'.. Justo en ese momento vi un letrero de 'SE VENDE' en el cristal de atrás del Golf. Lógicamente anoté el número y me fui a buscar otra plaza de aparcamiento
A los dos o tres días, vi en mi agenda el número del 'hijoputa' y me acordé que había anotado el número del tipo del Golf. Inmediatamente le llamé y le dije: -'Buenos días. ¿Es usted el dueño del Golf GTI negro que se vende?'
-'Sí, yo mismo'
-'¿Podría decirme dónde puedo ver el coche?'
-'Sí, por supuesto. Yo vivo en la calle de Don Ramón de la Cruz esquina con Montesa, es un bloque amarillo y el coche está aparcado justo enfrente de la casa'
- '¿Cómo se llama usted?'
-'Enrique Juárez'
-'¿Qué hora sería la mejor para encontrarme con usted y discutir los detalles de la operación, Enrique?'.
-'Pues yo suelo estar en casa por las noches'.
-'¿Puedo decirle algo, Enrique?'
-'Si, claro'
-'Enrique, eres un hijoputa de la hostia', y colgué el teléfono. Inmediatamente después de colgar anoté el número en mi agenda al lado del otro, pero en este puse el nombre de 'hijoputa II'. Ahora tenía dos 'hijoputas' para llamar y así estuve durante dos o tres meses, llamando ahora a uno, ahora a otro; hasta que comenzaba a
aburrirme un poco.
Me puse a pensar en serio sobre cómo resolver este problemilla y al cabo de un par de whiskys se me ocurrió algo. Primero llamé al 'hijoputa I':
-'Dígame'
-'Hola hijoputa' - pero esta vez no colgué.
-'¿Estas ahí todavía, verdad, cabrón?'
-'Si, hijoputa'.
-'Deja ya de llamarme o....'
-'Noooooo'.
-'Si supiera quién eres te rompía la boca', -me dijo.
-'Me llamo Enrique Juárez y si tienes cojones vienes a buscarme. Vivo en la calle Don Ramón de la Cruz esquina Montesa, en un bloque amarillo, justo en la puerta donde hay aparcado un Golf GTI negro, so hijoputa'
-'¡¡¡Ahora mismo voy para allá!!! Tú sí que eres un hijoputa y ya puedes ir rezando todo lo que sepas. Te voy a matar a hostias'
-'¿Sí?. ¡Qué miedo me das, hijoputa!' y colgué el teléfono..
Inmediatamente llamé al hijoputa II:
-'Dígame'
-'Hola hijoputa' y no colgué.
-'Como te pille algún día...'
- '¿Qué me vas a hacer, hijoputa?'
-'Te voy a patear las tripas, pedazo de cabrón'
-'¿Sí?, pues a ver si es verdad, hijoputa. Ahora mismo voy hacia tu casa' y colgué.
Por último, cogí el teléfono y llamé a la policía. Les dije que estaba en la calle Don Ramón de la Cruz esquina con Montesa y que iba a matar a mi novio homosexual en cuanto llegara a casa.
Luego hice otra llamada rápida a 'Madrid directo' y les dije que iba a haber una pelea de pandillas en la calle Don Ramón de la Cruz esquina
Montesa.
Y entonces me monté en mi coche y me fui para allá a toda leche. Te juro que es una experiencia que nunca olvidaré. La mayor pelea que he visto en mi vida. Hasta los cámaras de Telemadrid se llevaron lo suyo..
En fin, después de esto espero que cuando te llame por teléfono me contestes en tono amable.
Ya sabes, no es bueno que yo me irrite..."
Quirós , es buenísimo el relato, como la vida misma...eres un tío íntegro, y ese del quiosco al que te encontraste hoy es un poco...
ResponderEliminarVictoria Martínez
Gracias Victoria por tu comentario. Menos mal que de todo hay en la viña del señor, como se dice.
ResponderEliminarGenial, me has hecho reir, y soy ahora mas feliz, gracias; de bien nacidos es ser agradecidos..Viva el altruismo y el desinterés por enseñar gratis o realizar trabajos no pecunarios en la vida.Chema.
ResponderEliminarGracias Chema por tu comentario y que te haga feliz, eso es lo importante. Se que tu amas la Podología y haces como yo.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Lorenzo; lo que el otro día te ocurrió a ti me ocurre también a menudo, deberiamos hacer un estudio profesional sobre los carajotes podológicos???
ResponderEliminarNANO
Hola Lorenzo,
ResponderEliminarMira que ancha es Castilla y estoy seguro que personajes de estos los hay por todos sitios. Pero este... este... blanco y en botella... este es paisano mío.
Saludos,
Rafa
Gracias Rafa por tu comentario y listo como nadie para darte cuenta de quien hablo. Ha sabido leer entrelinias.
ResponderEliminarSaludos